Cualquier visita a una propiedad con unos cuantos años de antigüedad disparan más o menos los mismos comentarios: “Hay que hacerle el baño y la cocina. También el pulido/plastificado de pisos y pintura general”. Y si, estos cuatro ítems (para no entrar en más detalles) son los que generan un impacto positivo en la puesta en valor de una propiedad usada.

Ahora bien, así como la pintura y el pulido/plastificado sólo son terminaciones que se hacen a nuevo sobre superficies existentes, el baño y la cocina requieren de un trabajo creativo más importante y de estas dos, la cocina es el ambiente estrella. ¿Porqué se destaca la cocina por sobre el baño? Porque el baño generalmente tiene límites más rígidos (las paredes que la contienen, si es que no entramos en reciclajes más complejos) que nos limita sólo a jugar con un cambio de revestimiento, sanitarios, griferías, muebles y luces.

En cambio, el reciclaje de la cocina tiene el potencial de poder cambiar la distribución y espacialidad de la casa y eso implica un mayor protagonismo en los reciclajes y en el costo de la inversión. La cocina con el tiempo pasó a ser un espacio relegado con vistas al patio de aire y luz de un edificio o de ocupar el fondo de una casa chorizo a transformarse en la carta de presentación de una vivienda, rol que antes correspondía principalmente al estar comedor.

Veamos algunas premisas fundamentales para el funcionamiento ideal de cualquier tipo de cocina: Siempre se debe guardar un mismo esquema funcional en el que se identifican tres zonas básicas:

  • La de cocción: cocina o anafe sobre mesada y horno de empotrar, y microondas.
  • La de lavado y preparación: una o dos piletas de lavar, lavavajillas y mesada con cajonera.
  • La de guardado: heladera, alacenas, despensa y escobero.

La triangulación correcta de estas tres zonas es fundamental para los movimientos que se desarrollan dentro de la cocina y hacer de este espacio un lugar cómodo, estéticamente agradable y principalmente funcional.

En cuanto a las variantes, veamos las de mayor relevancia en los departamentos:

  1. Cocina independiente

Es la que menor riqueza espacial tiene, pero no por eso deja de tener sus fanáticos. “En la cocina se cocina y los olores deben quedar allí”, es el principal argumento, quizás desconociendo los excelentes purificadores de aire que hay en el mercado, aunque también mucho depende del tipo de comida que allí se vaya a preparar.

Si es una cocina independiente, debe tener una ventana para ventilación e iluminación. En muchos casos esta situación se da a través de un lavadero y ésta suele ser una reforma bastante habitual. Incorporar el lavadero y tendedero (con puertas que lo disimulan) a la cocina, para prolongarla y llegar con la ventilación e iluminación más directamente al plano de trabajo. También depende si la cocina es rectangular o más cuadrada y si tiene zona para comer o no. En definitiva, todo el reciclaje se hace dentro del mismo ambiente.

2. Cocina independiente que incorpora áreas de servicio en desuso

Las costumbres de las familias van cambiando con el paso del tiempo y los edificios antiguos tienen que adaptarse a esas nuevas formas de vida. Lo que era un valor hace algunas décadas, como era tener una zona de servicio (dormitorio y baño) para el personal doméstico con cama, ahora se transforma en una superficie con usos indistintos según las necesidades de la familia, pero generalmente mal aprovechados porque no fueron pensados para tal fin. La “dependencia o cuarto de servicio” se pudo haber transformado en el dormitorio que falta, en un lugar de trabajo, en un pequeño taller o en una baulera desordenadas, siempre accediendo a través de la ropa colgada del lavadero y vinculado generalmente con una entrada de servicio.

El reciclaje más común, y también más recomendable para estos casos, es unir todos los espacios que están relacionados (cocina, lavadero, baño de servicio, habitación de servicio) en una gran cocina con múltiples posibilidades de diseño. Pasamos de 4 ambientes estancos con muchas puertas y que a veces ventilan unos a través de otros a un gran ambiente convocante para toda la familia: La Cocina, que se transforma no sólo en un lugar para cocinar, sino también en un ordenador de actividades que se desarrollan a lo largo del día.

3. Cocina incorporada al estar comedor

Lo que surgió inicialmente como una vuelta de tuerca al código de edificación qué, al incorporar la cocina al estar comedor/ ambiente, nos evitaba contar con patios de aire y luz para unidades pequeñas, fue ganando adeptos en edificios de mayor categoría cuando las cocinas se empezaron a diseñar con todo lo que tienen que tener y no como una necesidad para completar unos requisitos reglamentarios (Toda vivienda debe tener una cocina).

En unidades a reciclar, dónde por diversas circunstancias la cocina es oscura o muy estrecha y larga o está armada sin seguir las premisas que enumeramos con anterioridad, incorporarla al estar comedor con un diseño cuidado puede ser una solución de gran valor.

En ese contexto, las mesadas en isla son ideales para resolver la integración entre ambientes y generar un lugar de encuentro familiar. En lo que hace un tiempo se resolvía como desayunador, ahora la preferencia es disponer una mesa de altura tradicional en reemplazo de la barra con banquetas, de manera de dar mayor flexibilidad de uso que, con el acompañamiento de una iluminación adecuada, hacen de límite virtual entre los espacios.

La cocina, bienvenida sea, hace rato que dejó de ser ámbito exclusivo de la mujer y suele ser el lugar que más entusiasma a todos a la hora de pensar alternativas y soluciones que mejoren su funcionamiento, espacialidad y le den mayor valor a la vivienda.

¿Querés saber algo más? Whatsappeame +54 911 6942 0594 y te cuento.

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